Juan José García Ríos nace un 22 de octubre de 1940 en Río Piedras, Puerto Rico. Es hijo de Doña Juanita Ríos Hernández y Don José García Donis. Cursó estudios en el Colegio San Justo en Saint Just donde terminó el sexto grado y a través de la División de Cursos y Exámenes Libres del Departamento de Instrucción Pública adquiere el Diploma de Escuela Superior.
Obtuvo un Grado Asociado en Contabilidad del Junior College, un Bachillerato en Artes con Concentración en Psicología y un Grado Doctoral Honoris Causa ambos de la Universidad Mundial. En el 1964 Juan José se une en matrimonio con Doña Ramonita Beltrán, donde procreó a su único hijo en el 1970, llamándolo José Javier. En el 1988 se unió nuevamente en matrimonio con Doña Flor Rosario.
“Chejuán” como cariñosamente le llamamos comenzó su adicción a los trece años de edad y confrontó grandes problemas con la justicia. Siendo ingresado en la cárcel de la Princesa en San Juan y posteriormente fue trasladado a la Penitenciaria Estatal de Río Piedras. Fue entonces donde recibió la visita de la Monja Sor Ana quien fue la persona que lo motivó a salir adelante y hacer algo por sí mismo. No obstante, fue asignado a trabajar en la biblioteca de la institución, dedicándose a leer y dialogar con sus compañeros sobre sus problemas. Siendo estas dos experiencias las que lo capacitaron a entender y analizar a fondo el problema de adicción.
En el 1964 comenzó a relacionarse con el personal del Programa de Salud Mental que visitaba la institución penal. Fue conociendo diferentes programas de tratamiento llegando a sus propias conclusiones de que el personal no tenía el verdadero compromiso con lo que estaban haciendo. Luego fue trasladado al Centro de Investigaciones Clínicas Sobre La Adicción (CISLA) para iniciar tratamiento. Como consecuencia de verbalizar sus opiniones el Director del programa ordenó a la Trabajadora Social de Chejuán el que realizará un informe para devolverlo a la institución, pero esta hizo caso omiso de la orden. Al pasar dos años Chejuán concluyó su proceso de rehabilitación y saldó su deuda con la sociedad.
Las experiencias de Chejuán con diferentes programas de tratamiento, sus lecturas y sus diálogos con sus compañeros confinados les hizo crear conciencia sobre la falta de continuidad y consistencia de los programas. Es por tanto, que el 20 de mayo de 1968 y guiado por Dios, Juan José García funda Hogar CREA, como una respuesta al clamor creciente de un pueblo que ve avanzar el terrible mal de las drogas. Fue en el pueblo de Trujillo Alto donde Chejuán inicia su batalla de amor para ayudar a los adictos, siendo Trujillo Alto la cuna de los Hogares CREA. Hoy día existen 55 Hogares CREA en Puerto Rico, donde se ofrece tratamiento a usuarios de drogas y alcohol de ambos sexos; adolescentes varones, servicios de tratamiento a pacientes con VIH/SIDA, deambulantes y madres con niños. Además, Chejuán logró el primer contrato con el Gobierno Federal y Puerto Rico para administrar una casa intermedia para confinados federales. Atemperándose a las necesidades de nuestro pueblo, como es el VIH-SIDA, Chejuán desarrolló las Posadas de Fe y Esperanza.
Pero no todo queda ahí, Chejuán trasciendió las fronteras y estableció programas de Hogar CREA en Colombia, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Venezuela, El Salvador, Estados Unidos y Honduras.
Juan José García, durante su larga trayectoria pública, recibió grandes reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional, entre los más importantes se encuentran:
Juan José García falleció el 17 de diciembre de 2002, dejando un legado de amor, esfuerzo y esperanza. Inculcó el deseo de servir y ayudar al necesitado; que nuestra misión es un apostolado para sanear a las familias y nuestro país.
Obtuvo un Grado Asociado en Contabilidad del Junior College, un Bachillerato en Artes con Concentración en Psicología y un Grado Doctoral Honoris Causa ambos de la Universidad Mundial. En el 1964 Juan José se une en matrimonio con Doña Ramonita Beltrán, donde procreó a su único hijo en el 1970, llamándolo José Javier. En el 1988 se unió nuevamente en matrimonio con Doña Flor Rosario.
“Chejuán” como cariñosamente le llamamos comenzó su adicción a los trece años de edad y confrontó grandes problemas con la justicia. Siendo ingresado en la cárcel de la Princesa en San Juan y posteriormente fue trasladado a la Penitenciaria Estatal de Río Piedras. Fue entonces donde recibió la visita de la Monja Sor Ana quien fue la persona que lo motivó a salir adelante y hacer algo por sí mismo. No obstante, fue asignado a trabajar en la biblioteca de la institución, dedicándose a leer y dialogar con sus compañeros sobre sus problemas. Siendo estas dos experiencias las que lo capacitaron a entender y analizar a fondo el problema de adicción.
En el 1964 comenzó a relacionarse con el personal del Programa de Salud Mental que visitaba la institución penal. Fue conociendo diferentes programas de tratamiento llegando a sus propias conclusiones de que el personal no tenía el verdadero compromiso con lo que estaban haciendo. Luego fue trasladado al Centro de Investigaciones Clínicas Sobre La Adicción (CISLA) para iniciar tratamiento. Como consecuencia de verbalizar sus opiniones el Director del programa ordenó a la Trabajadora Social de Chejuán el que realizará un informe para devolverlo a la institución, pero esta hizo caso omiso de la orden. Al pasar dos años Chejuán concluyó su proceso de rehabilitación y saldó su deuda con la sociedad.
Las experiencias de Chejuán con diferentes programas de tratamiento, sus lecturas y sus diálogos con sus compañeros confinados les hizo crear conciencia sobre la falta de continuidad y consistencia de los programas. Es por tanto, que el 20 de mayo de 1968 y guiado por Dios, Juan José García funda Hogar CREA, como una respuesta al clamor creciente de un pueblo que ve avanzar el terrible mal de las drogas. Fue en el pueblo de Trujillo Alto donde Chejuán inicia su batalla de amor para ayudar a los adictos, siendo Trujillo Alto la cuna de los Hogares CREA. Hoy día existen 55 Hogares CREA en Puerto Rico, donde se ofrece tratamiento a usuarios de drogas y alcohol de ambos sexos; adolescentes varones, servicios de tratamiento a pacientes con VIH/SIDA, deambulantes y madres con niños. Además, Chejuán logró el primer contrato con el Gobierno Federal y Puerto Rico para administrar una casa intermedia para confinados federales. Atemperándose a las necesidades de nuestro pueblo, como es el VIH-SIDA, Chejuán desarrolló las Posadas de Fe y Esperanza.
Pero no todo queda ahí, Chejuán trasciendió las fronteras y estableció programas de Hogar CREA en Colombia, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Venezuela, El Salvador, Estados Unidos y Honduras.
Juan José García, durante su larga trayectoria pública, recibió grandes reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional, entre los más importantes se encuentran:
- Reconocimientos por la Comunidad de Saint Just en 1970.
- Ciudadano del Año en 1974 por la Asociación de Industriales.
- Título Trabajador Social Ad Honorem por el Colegio de Trabajadores Sociales de Puerto Rico en 1976.
- Ciudadano del Año en 1976 por la Cámara de Comercio.
- Premio del Presidente de Estados Unidos por el Servicio Comunitario ejemplar firmado por el Presidente Ronald Reagan.
- Reconocimiento por varios Clubes de Leones
- Reconocimiento por la National Association of Drug Abuse Programs en 1979.
- Llave de la Ciudad de Bethlehem, Pennsylvania en 1981.
- Mérito por el Puertorican Leadership Conference of New York en 1982.
- Reconocimientos por varios Gobernadores de Puerto Rico, como lo fueron: Don Luis A. Ferré, Don Carlos Romero Barceló, Don Rafael Hernández Colón.
- Declarado a Juan José García, Hijo Predilecto de San Juan en 1985.
- Reconocimientos por República Dominicana en 1982.
- Reconocimientos por los Club Exchange de Puerto Rico (varios).
Juan José García falleció el 17 de diciembre de 2002, dejando un legado de amor, esfuerzo y esperanza. Inculcó el deseo de servir y ayudar al necesitado; que nuestra misión es un apostolado para sanear a las familias y nuestro país.